domingo, abril 23, 2006 

Recordando a Tito Monterroso (1921-2003)


A Tito Monterroso, por su reciente subida a Paradiso
Amigo de otras aves
“Un escritor no es nunca él mismo hasta que comienza a imitar libremente a otros. Esta libertad lo afirma y ya no le importa si lo suyo se parecerá a lo de éste o a lo de aquel. Claro que ser él mismo no lo hace mejor que otros”.

1. Café La Habana

Augusto Tito Monterroso, ahora en el cielo, era un hombre de pocas y buenas. Lo recuerdo un amanecer nebuloso de noviembre de 1976 en el Café La Habana, en acalorada discusión con Juan Rulfo alrededor de una mesa que bien hubiera podido ser la del Brindis del Bohemio, llena de humo de cigarrillos y cigarros, olorosa a tequila, café y chocolate hirviente.

Joven y poeta aún, me encontraba dilapidando los dólares de un Premio Nacional de Cuento ganado en mi país, que se estiró por cuatro cuando llegué a México D.F. debido a que ese día de mi arribo había sido devaluado el peso mexicano.

El café "La Habana", entre Balderas y Bucareli del D.F., tan legendario desde que los republicanos españoles se reunían en el mismo a tramar invasiones contra la España de Franco durante la época de Lázaro Cárdenas, seguía siendo hasta esa fecha el lugar donde se reunían exilados, aventureros, escritores y poetas de medio mundo, además de políticos. Recuerdo el orgullo con el cual, cuando llegué a "La Habana", Juanito Rejano, un poeta exilado español, me susurrró al oido que la silla donde estaba en esos momentos sentado era nada menos que la silla preferida de Raúl Castro, quien junto con Fidel, El Ché y otros exilados cubanos de los cincuenta, se reunían en dicho café a conspirar contra Batista. Varios de los meseros que nos servían, también habían conocido a casí toda la plana mayor de la dirigencia de la revolución cubana en su época de revolucionarios de cafetín.

2. La Serpas

La acalorada discusión entre Juan Rulfo y Tito Monterroso, en la cual mediaba de juez Juanito Rejano, se vió obligada a hacer una pausa como a las dos de la madrugada, hora cuando pasaba por "La Habana", como una sonámbula o un fantasma, mi paisana Liliam Serpas, una poetisa atormentada, decrépita, entrada en años y habitante de un territorio entre la locura y lo onírico. Vendía unos admirables dibujos que su hijo trazaba en su cuarto de condenado, ya que era paralítico, y a través de aquellos paisajes insondables y aves que volaban más allá de los cartones azules donde él las dibujaba, trataba de superar no sólo su parálisis sino también que transmitía el mundo atormentado y soñador de su madre.

Siempre que encontraba a un escritor salvadoreño Rulfo hablaba de Salarrué, de quien se podía de memoria sus cuentos, comenzando por "Semos malos", y de quién ponderaba su capacidad de síntesis y su naturalidad para recoger el universo interior del habla campesina. Lo mismo hizo esa madrugada al darse cuenta que la Serpas y yo éramos coterráneos de Salarrué.

-Lo trae de sus antepasados vascos, que anduvieron buscando el vellocino de oro junto con Jasón y los Argonautas en la legendaria Caucasia de las Amazonas, actual República Soviética de Georgia -explicó esa vez Tito Monterroso dejándome aturdido; hasta el día de hoy no he podido comprobar si Salarrué fue vasco o argonauta, o ambas cosas, en medio de las quebradas y los ríos perdidos de Cuscatlán.

El café "La Habana" era un templo para iniciados. Al nomás llegar al mismo, presentado por el poeta argentino Jorge Boccanera, el periodista mexicano Macario Matus me hizó la entrevista de rigor a todo poeta joven para "El Nacional" y otro poeta perdido en el exilio, Otto Raúl González, me invitó a leer mis cuentos en "La Casa de la Nostalgia" aparte de entrevistarme para su columna "El Periquillo andarín" en "El Día".

Tito Monterroso no sólo elogió amablemente y sin yo merecerlo el cuento con el que había ganado en mi país, sino que me dió el contacto con Efraín Huerta y Thelma Navas, quienes publicaron más poemas míos en "El Gallo Ilustrado".

Esa madrugada sin embargo, luego de hablar con Liliam Serpas sobre los fantasmas de El Salvador acompañados por varios cigarrillos y tragos de tequila, la discusión entre Rulfo y Monterroso siguió adelante al grado que la Serpas se despidió con un argumento tan diplomático como práctico.

- No tengo vela en este entierro; no soy mexicana ni guatemalteca, y me importa un comino Puerto Barrios, toda la península de Yucatán o Livinstong.

Tanto Tito Monterroso como Juan Rulfo habían pasado la noche entera y amenazaban con amanecer discutiendo la pertenecencia de Belice a México o a Guatemala.

3. Las patrias de un poeta

México D.F. era por esos setenta refugio de chilenos, uruguayos o argentinos huyendo de Pinochet, conspirando para los Tupamaros o para el ERP de Roberto Mario Santucho. Pero era también la patria más abierta para todo poeta en ciernes. No recuerdo ciudad con más cariño para los creadores que ese México de los setenta. Gracias a los contactos en „La Habana" y a consejos y recomendaciones de Tito Monterroso, Otto Raúl González o Boccanera, al cabo de un par de semanas estaba ya escribiendo en "El Nacional" y "El Día" ganándome la vida a golpe de teclazos en una vieja "Underwood" comprada en el mercado de La Lagunilla.
- El pastel da para todos - decían los poetas y periodistas a la hora de hablar sobre las páginas culturales donde publicábamos.

Ese amanecer de "La Habana" sin embargo amenazaba con prolongarse el día completo debido a la no resuelta disputa entre Juan Rulfo y Tito Monterroso. La fama de bebedor de cantina de Juan Rulfo no era solo literaria, hecho que pude comprobar ese amanecer cuando ibamos quedando solo cuatro o cinco parroquianos de la mesa colectiva de más de veinte que habíamos comenzado la tarde anterior.

En vista que Rulfo no se daba por vencido, afirmando la soberanía de México sobre Belice, para lo cual sacaba a relucir viejos tratados y una sarta de datos y fechas históricas, el español Juanito Rejano, a quien también le importaba un rábano Belice, propuso vernos esa noche en la Zona Rosa o en el mismo café "La Habana" para, con libros y documentos fehacientes, llegar al fondo de la cuestión.

Fue entonces cuando Tito Monterroso, armado de toda la ironía del mundo y para cerrar esa mañana vaporosa a alcohol, tabaco negro y disputas territoriales exclamó a quemarropa.

- En fin, que les quede Belice a ustedes los mexicanos, se los regalamos, así como les hemos regalado ya Chiapas y el Socunusco. Te regalo Belice para tu México lindo y querido, Juan Rulfo, total, de esta forma nos libramos en Guatemala de lidiar contra los aburridos ingleses - exclamó cerrando el diálogo, la parranda y hasta las puertas de "La Habana" que aunque no cerraban día y noche, sí cerraban una media hora al amanecer para la limpieza general.

Tito Monterroso se dió el lujo de regalar todo Belice en aquella borrachera a los mexicanos para zanjar una disputa con Juan Rulfo. Aunque de nacionalidad guatemalteca, en realidad él había nacido en Honduras. Y es que los poetas y artistas, a diferencia de los políticos, no tienen patrias geográficas ni fronteras mentales.

David Hernández, Premio Alfaguara de Novela 2004, , Corresponsal del Suplemento Tres Mil, en Hannover, Alemania
Fuente: Diario Colatino

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MÉXICO, DISTRITO FEDERAL.. A 12 DE NOVIEMBRE DE 2012

C. GERENTE.
CAFE BAR LA HABANA.
BUCARELI 62, CENTRO, D.F.

PRESENTE.

POR ESTE MEDIO SOLICITO A USTED AUTORICE EL USO DE SU SALÓN DEL RESTAURANT-BAR DE SU PRESTIGIADA CASA CON EL FIN DE EFECTUAR UN ACTO CULTURAL EL PRÓXIMO DOMINGO 9 DE DICIEMBRE. EL EVENTO SE DENOMINARA "EL ATEO QUE AMÓ A LA VIRGEN" Y EN EL CUAL SE PRESENTARÁ EL DIBUJO ORIGINAL EN TINTA SOBRE ALBANENE DE LA VIRGEN DE GUADALUPE DEL GRAFISTA ARTURO YUPIN. EL HORARIO SERÁ DE 18 A 20 HORAS.

ES NUESTRA INTENSIÓN QUE ACUDAN ALGUNOS REPRESENTANT ES DE LOS MEDIOS DE LA OPINIÓN PUBLICA, AMIGOS Y PERSONA LIDADES DE LA CULTURA. EN LA INVITACION QUE SE PUBLICARA EN EL DIARIO LA JORNADA SE CONVOCARA A QUE CADA QUIEN PAGUE SU CAFE O SU CONSUMO.

AGRADEZCO ANTICIPADAMENTE LA ATENCION A LA PRESENTE Y QUEDO DE USTED A SUS ORDENES PARA MAYOR INFORMACION.

ATENTAMENTE

__________________________________
HECTOR PAVEL NUÑEZ NUÑEZ

POR LA COMISION ORGANIZADAORA. POR LA COOP. TRIPLE ENTENTE TEXTIL, S.C. DE R.L. DE C.V. TEL.DF.55-56-85-44/CEL.
554-837-0867/ Y 722-224-8359.

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